El aspecto exterior del Wilson Boutique Hotel, con su rotundo volumen con la esquina redondeada, es original y llamativo frente a la regularidad que condiciona a las demás edificaciones del Eixample. Y a Pulsen le tocaba recuperar esta fachada, hacerla más hermosa para el cliente y para la ciudad.
El Wilson Boutique Hotel se sitúa en el Eixample de Barcelona. El solar sobre el que está construido es un estrecho triángulo, cuya forma viene dada por el corte que hace la Diagonal a la manzana en la que se encuentra. Esto provoca que la fachada se presente en dos caras unidas por una esquina redondeada en donde se sitúa la entrada principal.
Como la fachada estaba cubierta de la suciedad aportada por la contaminación del tráfico de la Diagonal, y el local comercial ya había limpiado la superficie mural que le correspondía, Pulsen tenía que devolver la fachada a su aspecto inicial. Por tanto, en 2007, nuestro estudio de arquitectura se encargó de realizar una limpieza completa y respetuosa con los materiales.
La recuperación de la fachada no se limitó al aseo de sus muros. Un estudio de todo el exterior del Wilson Boutique Hotel reveló que, aunque la fachada se encontraba en buen estado en casi todo sus espacios, algunos elementos arquitectónicos presentaban rasgos de deterioro. En las cornisas, había desgaste puntual, aunque el mayor problema estaba en las balaustradas, casi todas llenas de fisuras. Se detectaron más de 120 balaustradas en la que el alma de hierro del eje se había oxidado, creando estas fisuras por las que entraba más agua del exterior. El resultado: el empeoramiento del estado de la piedra. Para revertir todo el proceso de desgaste, se repararon las cornisas y las balaustradas, sustituyendo los elementos que así lo necesitaban.
Otra de las acciones de Pulsen fue en las ventanas y balconeras de la fachada, cuyos vanos representan cerca del 40 por ciento de la superficie mural. Aquí se sustituyó la carpintería por otra nueva de aluminio que rompe el puente térmico y resuelve mejor la estanqueidad exterior.
Por último, Pulsen se encontró con un problema en la cubierta, donde había un clásico “terrat” a la catalana, excesivamente plano. Hubo que corregir las pendientes para facilitar la evacuación de aguas y sustituir los embornales por otros nuevos. La superficie de cubierta se mejoró, retirando las capas existentes, colocando otras con materiales que permiten la impermeabilización y facilitan la inclusión de un suelo decorativo.
La intervención de Pulsen en la fachada del Wilson Boutique Hotel respondió adecuadamente a más de 100 normativas de diferentes administraciones, desde las locales hasta las europeas.
Había que adaptar a la legislación las obras habituales, así como la instalación de enormes andamios para poder acceder a cada superficie externa del edificio.
Por supuesto, entre las normativas que se hemos seguido desde Pulsen se encuentran aquellas normativas que favorecen la ruptura de las barreras arquitectónicas, contribuyen al aislamiento térmico y la impermeabilización.
También se siguen todas las pautas legales en cuanto a instalaciones de ventilación, fontanería, eléctricas, telecomunicaciones y gas.
Por supuesto, también se obedece a las normativas de seguridad, como aquella contra incendios.