Renovación de una fachada de edificio de oficinas con dos objetivos: crear una estética homogénea y adaptarla a la nueva legislación de la ciudad.
Vayamos al centro económico que hay entre la Diagonal y el Passeig de Gràcia de Barcelona. Allí, en el comienzo del barrio de Sarrià Sant Gervasi, nos encontramos con un edificio de oficinas.
La fachada presenta una estructura de estética racionalista propia de los años 60 que, debido a la poca anchura de la calle, sólo se puede contemplar en su totalidad en diagonal, no de frente. Hay otra fachada al patio interior sobre la que no se realizó la intervención.
La arquitectura se compone de planta baja y entresuelo, 7 plantas y un ático.
Visualmente, la fachada presenta 3 zonas diferenciadas: una para la planta baja y entresuelo, en donde se genera un atrio de entrada; un espacio plano concentrado en un marco en voladizo, que comprende de las plantas primera a sexta; y una planta séptima fuera de este marco, que se retrasa respecto a la línea de fachada.
El edificio es anterior a la aprobación del Plan General Metropolitano de Barcelona de 1976. Por tanto, la volumetría existente esté desordenada respecto a los parámetros de la normativa vigente: volumetría, edificabilidad u ocupación del edificio.
El equipo de Pulsen tenía que adaptar la fachada del edificio a los nuevos criterios del Plan General de Barcelona. Además, había que homogeneizar este plano exterior del edificio y renovar los elementos arquitectónicos, tanto desde un punto de vista práctico y legal como estético.
En el proyecto de reforma de Pulsen de la fachada se respetaron los criterios compositivos originales, adaptándolos a las necesidades actuales de los usuarios, dentro de la normativa vigente. Así, se mantuvo el marco exterior en el que se encuadran los pisos del primero al sexto, pero propone una lectura de los módulos de la fachada en franjas horizontales, combinando franjas opacas y transparentes. Porque el perfil que divide las plantas en sentido horizontal tiene más protagonismo que las verticales, ayudado también con la generación de sombras de las carpinterías horizontales. Estas mismas sombras contribuyen a eliminar visualmente el grosor de la sectorización de incendios entre plantas.
Como los perfiles de las carpinterías y líneas de forjado se encontraban en mal estado, se sustituyeron por otros de aluminio. También se renovaron las ventanas, ya que no abrían por la corrosión del óxido: se colocaron unas nuevas de mayor altura, acorde a la normativa, que además facilitan la circulación del aire de las oficinas.
Las actuaciones que Pulsen realizó en el atrio de acceso también inciden en la renovación global. Los pilares de granito, que estaban en buen estado, pero se limpiaron; mientras, se reajustaron los anclajes para asegurar la estabilidad. Se sustituyeron las carpinterías de los vanos de esta zona y del entresuelo por una de acero, con los acabados que definió la Dirección Facultativa de la obra. Los rótulos de los negocios y despachos se colocaron en la parte del atrio, en el espacio del entresuelo,en la línea modular de las ventanas.
En cuanto a la planta séptima, como queda fuera del enmarcado modular, está retirada unos metros hacia atrás de la línea de calle. Por tanto, no se hizo más actuación que reconstruir la barandilla metálica original.
Por último, se retiraron de la fachada todas las máquinas exteriores de aire acondicionado, que afeaban el aspecto del edificio. Estos aparatos de aire acondicionado se reubicaron en la planta cubierta del edificio. Su posición, alejadas de la línea de fachada, hace que no se vean desde la calle.
La actuación de Pulsen venía condicionada por la adaptación a una legislación que, en el momento de construcción del edificio, no existía. Por tanto, no sólo se trató de renovar el aspecto estético y funcional, sino adaptar todas las obras a la nueva normativa. Esto incluye, como hemos expuesto en el apartado de obras, realizar cambios como el de las alturas de las ventanas.
Por otro lado, todas las intervenciones responden a toda la normativa, como la prevención de incendios. Y también se atiende a la selección de un cromatismo concreto, respetando la paleta de colores de los edificios de Sarrià Sant Gervasi.
Por último, la renovación de la fachada cumple con las exigencias legales de ventilación: por un lado, llevando los aparatos de aire acondicionado a una zona en la que no alteren la unidad de la edificación; por otro, con la colocación de nuevas ventanas que permiten airear el interior de los pisos, ya que antes no se podían abrir del mal estado.